Cuando se habla de inteligencia emocional se habla de un proceso de refinamiento, crecimiento, maduración, sanación o evolución; la verdad es que aunque suenen muy bonitos, estos conceptos son vacíos si no se aclara la idea de:
¿Cómo es ese ser al que he de evolucionar?.
Ya te demostré que la idea de Yo individual es obsoleta y sobre todo inútil.
Para entenderte, debes entender tu familia, para entender a tu familia, tienes que entender a la comunidad que la condiciona, a la sociedad que da forma a sus valores y al momento histórico que define su realidad… Y así.
Entonces, si para entenderte a ti, solo piensas en ti… estás perdiendo el tiempo y no podrás crecer ni evolucionar… ni madurar.
Si, ajá, pero y qué hago yo con todo esto?, Igual tengo deudas que pagar, enfermedades y una vida que quiero arreglar.
Esta es mi idea: La expansión de tu noción del Yo como herramienta terapéutica; te propongo que dejes de verte como ese ser insignificante, separado, solitario y diferente y te identifiques con la instancia superior:
Créete un ser colectivo, multidimensional para el cual el tiempo transcurre de forma distinta, que se alimenta de todo su entorno y que no se identifica con el drama sino con el crecimiento; como un bosque, como un… yo superior.
No es un estado en el que puedas permanecer perennemente pues todavía existes en este plano y tienes una realidad individual que gestionar, pero si podrás “mudarte” por momentos a este estado avanzado de tu ser, en tus meditaciones o momentos de soledad para irte acostumbrando.
No se trata de convertirse en comunista emocional renunciando sacrificadamente al ego y sus demandas, sino de una expansión que te permitirá apropiarte de poderes más grandes, más transcendentales… más útiles:
Entender a alguien es comprender sus viajes y aprender del significado y enseñanza que trae cada uno de esos trayectos.
Ya no dirás "Germán es testarudo" sino que reconocerás en qué punto de su viaje en la dualidad "rigidez / flexibilidad" se encuentra, analizarás sus idas y vueltas, extrayendo el aprendizaje que generó en cada una, y le agradecerás por haber sido un maestro.
Entender es perdonar, perdonar es liberarse.
Todo es cierto y todo es falso; la objetividad es un mito. La verdad es un concepto totalmente pragmático. Deja de definirte en torno a tus juicios y permítete conocer la realidad sin etiquetarla.
Quién se apega a su concepto de verdad vivirá engañado toda la vida.
Primero te toca entender que no eres tú, eres toda tu familia.
Luego, darte cuenta de que los nexos que te unen a la naturaleza son igual de profundos; ya sabes que más que granitos de arena en una playa, funcionamos como una red neuronal fractal, es decir:
Eres un nodo en una red, pero también eres la RED.
Abandona los fantasmas de la individualidad: La culpa, la soledad, el odio y el enfrentamiento pues carecen de sentido y utilidad.
Eso no es algo que se digiere de un día para otro; Invierte tiempo en reflexionar y descubrir tu propia forma de relacionarte con tu red e intégralo a tu concepto del YO.
Deja de ver individuos, ve el diseño
Las individualidades forman parte de redes de energías / pensamientos / emociones cuyo único propósito es refinarse y explorar todas las posibilidades. Aprende a ver a todos los seres que te rodean (incluso a los oscuros y egoístas) de esa forma.
Ya sé que soy la red, y sé que si me dedico a nutrirla, tengo también permiso para usarla a mi favor: usar sus herramientas para resolver mis problemas, alimentarme de sus emociones positivas y aprender de sus experiencias; claro, para lograr ello debo entender, conectar, aceptar y sanar mi relación con ellos, aceptándolos como parte de mi esencia.
Puedo tomar libremente de mi red la información que necesite sin pedir permiso ni pagar por ello, porque todos hacen lo mismo conmigo, ya con mi mera existencia estoy generando y transmitiendo automáticamente información al que la necesita.
Ese tipo de input es también alimento; intenta darle la misma importancia que a tu comida.
Es inevitable que, si ahora —yo soy todos nosotros—, mi tiempo ya no sea solo mi corta vida y que la historia deje de ser un “cuento obsoleto de cosas que pasaron, y ya", sino como un denso tramado cuántico de causas y efectos que abarcan más que mi simple individualidad, pero que aún, me definen.
Entender que estás (muy) afectado por procesos que tardan miles de años en completarse, te otorgará una sensación de trascendencia, invitándote a desarrollar una paciencia más allá de lo que crees posible, la cual rendirá sus frutos.
Entender que somos parte de grandes naves que se tardan muchas generaciones en pasar de un estado a otro nos confiere la paz necesaria para aceptar nuestra realidad de una forma más integradora y provechosa.
Todo lo que conoces está en movimiento, cambiando, de un punto a otro de alguna dualidad, o de muchas a la vez; eso es el cambio y así es que logramos conectar con lo que llamamos realidad. Nada nunca está quieto.
Aprende a dejar de ver la realidad en forma de fotogramas y comienza a verla en forma de "películas", todas con comienzo y final, todas con una moraleja que te interesa aprender.
Basa tu vida en el respeto, entendimiento e integración del viaje emocional de cada ser viviente que conozcas a tu propio viaje, reconociéndote en cada uno de ellos y reconociendo a cada uno de ellos como parte de ti.
Este estado de consciencia ayudará a ubicarte en una armonía inteligente con todo lo que te rodea: seres vivos a los que considerarás tan dignos y valiosos como tú mismo; una perspectiva única que puede ser la clave para la solución de muchos conflictos que actualmente te bloquean.