Ya entendí que eso que yo creía que era, mi Ego no era más que un programa psicológico que garantizaba nuestra preservación y buscaba el despertar de la consciencia.
Es lógico que ahora preguntes:
Si yo no soy mi ego, entonces ¿Qué soy YO?. ¿Qué es eso de lo que me debo hacer consciente?
Esta es mi respuesta a la pregunta más turbulenta de la humanidad moderna, base del desarrollo de tu inteligencia emocional.
Tener un hijo me ayudó a experimentar el profundo impacto que mis emociones, palabras y acciones han tenido en la construcción de su personalidad.
Al presenciar la eficacia y rapidez con la que mi hijo copiaba nuestros comportamientos, los adaptaba y se apropiaba de ellos vi como nuestra vida de todos los padres se define casi exclusivamente en una eterna gestión de qué características nuestras dejamos permear y cuáles no.
Pude entonces entender el profundo impacto que mis padres tuvieron en mí, al punto de ya no poder distinguir lo que yo soy de lo que ellos me dieron.
Entendí que todos mis traumas, limitaciones, programas, retos o defectos son parte de una historia muchísimo más larga y compleja de la cual, ancestros y descendientes son también protagonistas.
Los llamados demonios familiares son en realidad procesos evolutivos llevados a cabo de forma colectiva hacia el entendimiento y la sanación.
La educación funciona más como el contagio o la transmisión nerviosa que como ese proceso racional / direccional / consciente que crees que es; de racional tiene poco y se ejecuta con todo nuestro ser, incluso cuando no eres consciente de ello: educas con TODO el cuerpo, tus hábitos, palabras y omisiones, salud y enfermedad; los humanos tenemos el poder de detectar, procesar y copiar información de manera muy eficiente y en muchas dimensiones.
No es coincidencia que los microorganismos que existen en nuestro cuerpo sean más numerosos que nuestras propias células y que muchas de ellas son vitales para nuestra existencia.
Según el Proyecto del microbioma humano viven más de 10.000 especies de microbios en los seres humanos sanos.
Comprender el cuerpo humano como el habitáculo de miles de microorganismos trabajando por el bien común, nos abre las puertas a aceptar con humildad la grandeza de la que formamos parte, la naturaleza terrestre, el sistema solar en el que se inscribe, etc.
Los Holobiontes son ecosistemas o comunidades de organismos de diferentes especies que viven en asociaciones simbióticas e interdependientes; como los bancos de corales en los que algas, moluscos, bacterias y peces cooperan para vivir (y no podrían hacerlo de otra forma). Un holobionte es un "súper-organismo" o "meta-organismo" hecho de un macro huésped y sus habitantes / colaborantes, que funciona como un todo.
Conoce las redes de inteligencia que conforman árboles y bosques: inteligencia vegetal, Árboles Madre y comunicación entre árboles.
No existe en el planeta ninguna especie macroscópica que no sea un holobionte. Ningún animal evoluciona solo. Evoluciona todo el holobionte y lo hace primordialmente gracias a la acción de las bacterias que son las que permiten o no la interacción a nivel bioquímico con el entorno.
Bruce Lipton, biólogo celular, afirma en "La Biología de la creencia":
Tal vez te consideres un individuo, pero como biólogo celular puedo asegurarte que en realidad eres una comunidad cooperativa de unos cincuenta billones de ciudadanos celulares (...) que han desarrollado una estrategia cooperativa para la supervivencia mutua. Los seres humanos no somos más que la consecuencia de una «conciencia colectiva».
Recientes estudios muestran la estrecha relación entre el microbioma presente en los dientes y la salud dental.
Nuestra digestión y salud intestinal depende casi totalmente del equilibrio del bioma intestinal; si, las bacterias en tus tripas son las RESPONSABLES de su buen funcionamiento, NO el omeprazol.
Tu piel, genitales, ojos, sistema digestivo y sangre (entre otros) contienen pequeñas comunidades de bacterias y otros seres microscópicos, únicas de cada uno de nosotros; somos como pequeños planetas: entornos que dependen de sus habitantes y viceversa.
No es coincidencia que nuestras familias, sociedades e ideas se expandan como árboles / neuronas / colonias de microorganismos.
En efecto, hay una gran cantidad de científicos que opinan que las relaciones simbióticas entre organismos, han sido la verdadera responsable de la evolución en nuestro planeta.
Estamos gobernados por la misma dinámica (leyes, fórmulas, geometría, diseño y funcionamiento) que bacterias, plantas, hongos, árboles, bosques, praderas, planetas y galaxias. Nuestras células, órganos, cuerpos, familias, emociones, pensamientos y comunicaciones funcionan bajo la misma estructura fractal de red intercomunicada, colaborativa e inteligente.
Más que individuos, más que padres, madres, hijos, empleados, consumidores, gobernantes o gobernados, somos ecosistemas viviendo en / gracias a / dando vida a otros ecosistemas, inmersos en un principio de fractalidad que lo une y abarca todo. Es el parentesco definitivo que te une a todo lo que existe.
En todo momento somos alumnos y educadores, receptores y emisores; nuestras familias y comunidades funcionan como pequeños cerebros y nosotros como neuronas, constantemente recibiendo, copiando, transformando y enviando información a todos nuestros nodos. Esto no solamente ocurre con la familia sino con todos los seres con los que estamos conectados emocionalmente.
Tu relación con la naturaleza es mucho más poderosa que los nexos que te unen a tu país o familia. Cuidar el planeta no se trata de "limpiar la casa" porque sí, es nuestro último acto de conciencia: despertar para sobrevivir.
Resulta que no soy sino el resultado de la colaboración de muchos otros seres (desde microbios hasta padres), soy todos ellos… Todos ellos son "Yo".
Como tú y como todos, quiéralo o no, vengo y soy parte de una comunidad heterogénea y primordialmente simbiótica, que es recursos, hábitat y seres vivientes al mismo tiempo, donde seres de todos los reinos son parte de una FAMILIA unida por leyes y principios comunes.
Mi individualidad tiene que ver más con lo específico de la combinación de datos en un momento determinado, pero no mucho más.
Lejos de ser una pasión utopía de hippies activistas, resulta que la cooperación es la base de la vida. Trabajar por los demás es trabajar por mí, también.
Resulta que el amor, respeto y armonía con todos los seres vivientes es el único crecimiento personal, emocional y espiritual que importa.
Ahora puedo concebir un YO que es mucho más grande que mi individualidad.