por Daniel Alvarado
El nombre de una marca, empresa o emprendimiento es de vital trascendencia en la venta de sus productos o servicios. El nombre debe, de entrada, comunicar la ideología y significado de la empresa a la hora de presentarse, sin confusiones o explicaciones suntuosas. Vale la pena, por ello, dedicarle un poco de tiempo a la escogencia de éste para que sea capaz de influir positivamente en las futuras ventas y en la organización de la misma.
El nombre debe ser sencillo, intuitivo y conciso. Si una marca no tiene un nombre que la identifique y la coloque como única en el mercado, será más difícil para el consumidor asociar la marca y el concepto que se le ofrece.
En este orden, y si bien es necesario (mas no imprescindible) exponer de qué va la empresa, no es correcto saturar el nombre con todas las características que ofrece. Por ejemplo “Industrias Energéticas Maracay, S.A.” (nombre ficticio) es bastante comercial y coloca la empresa en el rubro al que se dedica, sin embargo, ¿le permite jugar con la parte emocional del consumidor final?, ¿no es también un nombre muy genérico?
Por otro lado, tenemos un ejemplo real: Tumblr que según su fundador, David Karp, es una expresión abreviada del estilo de microblogging tumblelog que el sitio hizo famoso. Este tipo de blogs “tiende a los posts de transmisión de pensamientos más cortos”, a través de una entrevista presentada por Karp a la revista Intelligent Life.
Así tenemos un nombre que a su vez contiene pocas letras, fácil de rememorar y pronunciar, que estimula al consumidor con un concepto basado en su funcionamiento originario.
Otro aspecto que permite escoger el nombre para una empresa o marca es construir un vínculo con palabras, nombres u objetos con los que las personas estén familiarizadas: las personas necesitan sentirse a gusto rápidamente, y el comprender un nombre le permitirá sentirse identificado casi al instante.
Cuando vemos grandes marcas, como Coca-Cola no percibimos que en realidad el nombre de ésta empresa es The Coca-Cola Company, pues a nuestros ojos solo llega el nombre corto y preciso que nos muestran. Coca-Cola, tan sencillo como eso. Las marcas más exitosas por lo general tienen nombres cortos, dos a tres sílabas.
Para una empresa que gasta más del 80% de su inversión en publicidad y mercadeo, esto último es lo que más en serio se toman y es tan importante la necesidad de las marcas de minimizar la longitud de su nombre que han tomado por llegar al diminutivo Coke, que a su vez, presentado en los típicos colores rojo y blanco, no se tarda ni un segundo en entender que Coke es realmente Coca-Cola.
Lo mismo sucede con la marca de cigarrillos Lucky Strike y su notable diminutivo Luckies, adoptado por la marca en relación con la experiencia-usuario.
El nombre de una marca debe tener, además, la capacidad de sobrevivir a las modas, a los cambios del mercado y a los comportamientos de compra volubles. Debe ser atemporal y, preferiblemente, tener la posibilidad de ser aceptado en otros idiomas sobre todo si puede ocupar un mercado internacional (nunca se sabe hasta dónde podría llegar el emprendimiento ¿verdad?).
Una vez que se ha decidido el mensaje y/o el concepto, es el turno del componente artístico: jugar con las palabras, letras, asociaciones, para darle ese toque inusual o innovador. Un ejemplo bastante acertado es Twitter, donde según los fundadores cuentan haber dado con este nombre como una onomatopeya del sonido de las aves. Se les ocurrió mientras revisaban un diccionario en busca de una palabra que pudiera capturar el sentimiento de que está “zumbando algo en el bolsillo”, según Jack Dorsey para Los Angeles Times.
De ninguna manera, un nombre debe limitar la empresa si ésta en algún momento decide diversificarse, expandirse a nuevos productos/servicios o nuevas locaciones.
Un elemento de vital importancia es también el cómo lucirá el nombre cuando éste sea expuesto en forma de logotipo, o imagen gráfica. Temas como el balance y la simetría son importantes a la hora de realizar la parte estética. Tenemos por ejemplo a la marca Totto, que además de contener todas las propiedades anteriormente mencionadas (longitud, precisión, entre otros), posee balance en sus caracteres redondeados y repetidos, al igual que las marcas Momo y Google. O ejemplos como Xerox, por su simetría.
El nombre debe ser visualmente amigable y bien pensado, el diseño de la imagen va a depender del concepto e ideología de la empresa, por lo que Boogoo (nombre ficticio) con una fuente curva para una firma de abogados, no van muy de la mano.
La creación de un logotipo o imagen gráfica es responsabilidad de un creativo, o mejor dicho, de un grupo multidisciplinario, en el que por lo general se encuentran incluso varios diseñadores. Sin embargo, cabe destacar que los resultados de que éste trabajo sea bueno o malo, no implica directamente en el equipo de trabajo sino en el producto que se está afianzando en la mente del consumidor, a partir de la propuesta original.
Un logotipo es el elemento gráfico que representa a una marca o empresa, compuesto por letras, abreviaturas, símbolos o cifras, y posee colores determinados y formas concretas. Es importante que el logo sea legible, escalable y fácil de reproducir. El diseño va a proporcionarle forma, estética e identidad, lo que incidirá directamente en los hábitos del cliente para con la marca y en su poder de decisión, frente a una fuerte gama de estímulos provenientes de competidores que quieren vender productos o servicios probablemente parecidos. El diseño de un buen logo y la elección del nombre son aspectos que deben desarrollarse de forma conjunta.